lunes, 20 de abril de 2015

Una ración de melancolía

Hace casi un año que escribí la última entrada. Hasta ahora no había sentido la necesidad de volver a hacerlo.

Me he puesto a escuchar música y han empezado a sonar canciones que solía oír antes de ir a Bélgica. Y entonces, me he acordado. Los días previos a irme, las clases de inglés para erasmus, el aire fresco en las mañanas de verano...

Ahora que lo pienso, en esos días fui feliz. Miro atrás y me veo ilusionada, con energía y dispuesta a empezar una gran aventura. Seguí siendo muy feliz mientras estaba allí. Pero volver a la rutina, que mi vida no tenga esa chispa, me afecta aunque no lo sepa hasta que por casualidad suena una canción y mi cerebro empieza a recordar aquellos momentos.

Me doy cuenta que la vida pasa y no estoy haciendo nada que me llene, nada en mi vida es como me imaginaba que sería. Tengo la sensación de estar atrapada. Supongo que es algo así como la transición a la vida adulta, pero no lo quiero creer. Me da miedo. Quiero pensar que siempre voy a ser joven, que siempre voy a poder hacer lo que ahora pospongo porque se supone que es lo que toca.
 
Fui muy feliz. Quizás, seguro, ahora no lo soy. Sé que volveré a serlo, sólo espero ser consciente de ello.

El detonante...