lunes, 13 de enero de 2014

¡De vuelta a casa!


Después de estar cuatro meses fuera de casa me doy cuenta que tengo dos casas y no una. La que dejé en Leuven y a la que volví por navidad.

Resulta que he creado vínculos con la ciudad que me está acogiendo durante unos meses. Pero no estamos aquí para ponernos sentimentales, por lo menos por ahora ;)

Creo que estuve en Barcelona durante dos semanas más o menos, parece que hace un montón que volví de allí, pero todavía no hace ni una semana. Los días pasaban rápidos entre comidas, cenas, sobremesas familiares. 

Aun así, he de reconocer que lo más emotivo de todo no ha sido el rencuentro físico con mi familia. Nada de eso. Lo mejor, sin duda, ha sido la fugaz relación que volví a vivir con la biblioteca =P 

Como todo lo bueno se acaba, tuve que dejar la biblioteca y volver a mi casa belga así que aquí estoy escribiendo para aliviar las tensiones típicas estudiantiles. 

Aunque para tensiones la que sufrimos en el avión a Bruselas. Cuando lo cuento o lo recuerdo no puedo evitar sonreír pero vaya canguelo nos entró a todos. Incluso al español que se pensaba que iba en el metro y aprovechó que el avión estaba bastante vacío para sentarse donde le salió y para poner flamenquito, en fin... No soy una viajera experta pero no sé yo cuantas veces una se encuentra con que el avión pierde altura por culpa de las turbulencias. Y no sólo una vez. Dos.   

Nota para mí misma: el español del flamenquito se merece al menos un párrafo en un post futuro.

¡Hasta pronto! y mientras... Jarabe de palo :)


No hay comentarios:

Publicar un comentario